En Perú, el sector pesquero y agrícola juegan un papel importante en la economía interna y la seguridad alimentaria del país. Sin embargo, estos sectores todavía enfrentan grandes desafíos ambientales en el manejo de los residuos orgánicos provenientes de la pesca y el uso intensivo de fertilizantes químicos. Ante este desafío, nacieron los fertilizantes orgánicos a base de residuos de pescado, con el objetivo de promover cultivos orgánicos introduciendo una economía circular entre la pesca y la agricultura.
Priscilla Verastegui, especialista en innovación pesquera.
Elizabeth Gutiérrez, especialista en pesquerías artesanales.
Los residuos orgánicos de las operaciones pesqueras consisten en residuos desde cabezas, vísceras, huesos hasta escamas, y constituyen una parte importante del peso total del pescado, incluso más del 50% en algunas especies. En la actualidad, el consumo de pescado por persona en Perú ha aumentado un 33% en los últimos 10 años, llegando a los 17.5 kg de pescado por persona en 2022 y consecuentemente con ello, el incremento de sus residuos.
Estos desechos orgánicos, que aún contienen nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio, pueden gestionarse eficientemente para convertirse en fertilizantes orgánicos líquidos. Esta transformación no solo fomenta la agricultura orgánica, sino que también proporciona una solución práctica para el manejo de desechos.
Se ha demostrado que los fertilizantes líquidos hechos de desechos de pescado mejoran la calidad del suelo, tienen características antifúngicas y antibacterianas, y favorecen el rendimiento de los cultivos. Estos tienen un gran potencial para hacer que los agricultores dejen de depender de los fertilizantes químicos. En el Perú, es posible que contribuyan a la creación de una economía circular que involucre la pesca y la agricultura, convirtiéndose en un aliado estratégico para una agricultura sostenible.
La superficie agrícola del Perú es de 11.6 millones de hectáreas y la agricultura es muy importante para la economía de las regiones. Sin embargo, su efectividad y productividad dependen del uso de fertilizantes químicos como la urea, el fosfato diamónico y el fosfato monoamónico. El 44% de los productores agrícolas optan por utilizar estos fertilizantes sintéticos.
Además, importamos aproximadamente 1.2 millones de toneladas de fertilizantes al año para satisfacer la demanda interna. Las importaciones provienen principalmente de Rusia y Estados Unidos, que abastecen al Perú con más del 40% de la urea y el nitrato de amonio. Sin embargo, debido al conflicto entre Rusia y Ucrania, los precios y la disponibilidad de estos fertilizantes se han visto afectados.
Aunque los fertilizantes químicos son productos que contienen elementos importantes para mejorar el rendimiento de los cultivos, los estudios han demostrado que su uso continuo puede conducir a una disminución en la calidad del suelo porque cambian el pH, acidifican el suelo y conducen a una reducción de la actividad microbiana, lo que finalmente conduce a una disminución de la fertilidad del suelo.
Ante este panorama, la búsqueda de alternativas sostenibles se hace más urgente, y los fertilizantes orgánicos como el guano de islas y los fertilizantes orgánicos de residuos de pescado cobran mayor importancia.
Un futuro armonioso entre la pesca y agricultura
Diversos proyectos en el Perú han encontrado una alternativa en los desechos de pescado para abordar los desafíos ambientales y la dependencia hacia los fertilizantes químicos. Estos subproductos, que antes eran considerados desechos, están impulsando prácticas agrícolas más sostenibles y ecológicas.
Los productos BioferPez y Challwamino son dos proyectos innovadores que han logrado crear un fertilizante orgánico a partir de los desechos del procesamiento de pescado en las caletas de pescadores de Santa Rosa (Lambayeque) y El Ñuro (Piura), lo que ayuda a fomentar una agricultura sostenible en estas regiones costeras.
A nivel mundial, países cómo Islandia y Noruega utilizan desechos de pescado para producir productos como biogás y biodiesel. Mientras tanto, en Vietnam y Chile, los desechos de la pesca se están utilizando para mejorar los cultivos de arroz y frutas silvestres.
Los fertilizantes orgánicos elaborados de desechos de pescado son un paso importante hacia un futuro armonioso entre la pesca y la agricultura en un mundo donde la innovación es clave para enfrentar los desafíos del cambio climático y la seguridad alimentaria.
CULTIMAR: Cultivando desde el Mar
Desde ARTISONAL, respaldamos la innovación y la investigación para encontrar soluciones al manejo de los desechos producidos por la pesca artesanal. Es así nuestro respaldo al proyecto CULTIMAR, una alternativa a los fertilizantes líquidos elaborados a partir de desechos hidrobiológicos colectados de los desembarcaderos pesqueros artesanales (DPA).
Con la colaboración de expertos de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), se viene desarrollando formulaciones óptimas, elaboradas mediante fermentación ácido-láctica, un proceso anaerobio que transforma los residuos en productos nutritivos para la agricultura. Considerando que cada tipo de planta requiere tipos de nutrientes específicos, CULTIMAR investiga para adaptar el biofertilizante a cada tipo de cultivo, según la composición y características.
El oro marrón, el Cacao
En Perú, aproximadamente 100,000 familias de pequeños agricultores cultivan cacao en 16 regiones, con exportaciones valoradas en aproximadamente 333 millones de dólares. Debido a los recientes problemas climáticos y enfermedades de los cultivos en África occidental, el precio del cacao ha alcanzado US$11,000 por tonelada métrica en el mes de abril del 2024, superando incluso el valor del cobre.
Esto ha despertado el interés de los agricultores peruanos, sin embargo estos aún enfrentan grandes desafíos en cuanto a la baja productividad de sus cultivos, debido a la pérdida de fertilidad del suelo, los elevados costos de insumos (fertilizantes), y la incidencia de plagas y enfermedades.
Por lo que la cooperación es esencial en el camino hacia una agricultura sostenible y la seguridad alimentaria. Esto incluye entidades públicas y privadas, así como comunidades agrícolas y de pesca. Además, el papel crucial del consumidor en alentar prácticas agrícolas sostenibles.
En Artisonal nos sentimos orgullosos de contribuir con CULTIMAR y ser sus aliados en esta importante iniciativa. Juntos, podemos hacer realidad proyectos innovadores que promuevan la economía circular en la pesca artesanal, lo que resultará en un futuro más sostenible para nuestro medio ambiente y nuestras comunidades pesqueras.
En los cultivos hidroponicos bajo protección, se utilizan los fertilizantes orgánicos. Hay que sistematizar todas estas tecnologías, ahora que ya se cuenta con otro ingrediente mas. Buen momento!!!