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Un hospital flotante oculta abusos laborales en la flota calamarera de aguas distantes

El buque calamarero de bandera china ZHE PU YUAN 98 ha estado operando como un hospital flotante en el Océano Pacífico Sudeste desde el 2021, brindando atención médica a tripulantes heridos y enfermos de otros buques pesqueros, y solo ingresaba a puertos peruanos cuando los tripulantes se encontraban en condiciones críticas de salud o requerían tratamiento urgente. El hospital flotante lleva tres años funcionando sin regulaciones, durante los cuales aproximadamente 37 tripulantes gravemente heridos y un tripulante muerto desembarcaron en el puerto del Callao, en Perú.


Eloy Aroni, consultor marítimo y especialista en pesquerías de aguas distantes.

TEl ZHE PU YUAN 98 es un barco pesquero renovado para convertirlo en un barco médico para tratar a la tripulación que sufre lesiones o enfermedades mientras opera capturando calamares en alta mar, foto tomada el 9 de julio de 2022. Créditos:The Outlaw Ocean Project / Ben Blankenship

La 12ª reunión de la Organización Regional de Ordenación Pesquera del Pacífico Sur (OROP-PS) realizado en Manta, Ecuador, concluyó con la presentación conjunta de dos propuestas sin precedentes para abordar los crecientes abusos contra los derechos humanos en la flota de calamar de aguas distantes, compuestas principalmente por buques chinos. La aprobación unánime de estas propuestas por parte de todos los Estados representa el primer paso para establecer estándares mínimos para regular las condiciones laborales de las tripulaciones que pescan calamar en alta mar.


China es el país líder en captura del calamar gigante (Dosidicus gigas) en el área de la convención de la OROP-PS. Durante la última década, la flota calamarera china ha duplicado su captura anual, alcanzando un máximo histórico de aproximadamente medio millón de toneladas en 2022. Este aumento fue impulsado por la operación de cerca de 470 embarcaciones activas con un total de aproximadamente 12,000 tripulantes—en promedio 25 tripulantes por embarcación.


El crecimiento descontrolado de la flota pesquera de aguas distantes de China se debe principalmente a los subsidios al combustible y a las operaciones de transbordo en altamar, que eliminan la necesidad que los buques pesqueros tengan que regresar a los puertos chino y alientan a los barcos a mantenerse pescando calamares por largos periodos que pueden llegar a los tres años sin ingresar a puerto. Lamentablemente, este modelo operativo ha provocado un aumento de los abusos contra los derechos humanos de los miembros de la tripulación. El problema se ve agravado por la enorme dificultad de vigilar y controlar eficazmente estas operaciones en altamar.


Calamares vinculados al trabajo forzoso


Desde 2019, diversas organizaciones, entre ellas Greenpeace, C4ADS, y Financial Transparency Coalition vienen alertando un aumento de los casos relacionados con retención de salarios, horas de trabajo excesivas, restricción de movimiento, violencia física, intimidación y amenazas, así como la escasez de alimentos y aguas en los buques calamareros chinos. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), todas estas cuestiones se consideran indicadores de riesgo de trabajo forzoso.


La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) ha sido durante mucho tiempo un problema para la flota de calamar de aguas distantes. Informes recientes indican que el trabajo forzoso también ha estado presente dentro de sus operaciones pesqueras. Desafortunadamente, el monitoreo y control de altamar siempre ha sido un gran desafío, lo que ha dado lugar a que los casos de trabajo forzoso pasen desapercibidos durante mucho tiempo.


La cadena de suministro mundial de productos del mar es más larga, más opaca y más compleja que la mayoría de los otros tipos de productos. Sólo ha recibido suficiente atención en la última década. Esto se debe a que la mayor parte del calamar se procesa en China, donde es difícil para los periodistas operar. Los consumidores tienen una trazabilidad y confianza limitadas en que los productos del mar que consumen estén contaminados por trabajos forzados o pesca ilegal. Es muy difícil rastrear estas cadenas de suministro”, dijo Ian Urbina, editor ejecutivo de The Outlaw Ocean Project

Tripulantes a bordo de un buque calamarero industrial a la espera de que inicie la operación de transbordo. Crédito: ©Simon Ager

Los abusos contra los derechos humanos en el sureste del Océano Pacífico se han ido confirmando a través de patrullajes realizados por la Guardia Costera de los Estados Unidos y otras organizaciones independientes. Estos patrullajes llevaban a bordo equipos de prensa de la  Associated Press (AP) y del proyecto Outlaw Ocean, que lograron documentar las malas condiciones de vida y de trabajo a bordo de los buques chinos. Un miembro de la tripulación del barco ZHEN FA 7 describió la situación: "Es como si estuviéramos en una jaula".


Estos testimonios sugieren que los tripulantes pierden todos sus derechos humanos al subir a estas embarcaciones y que sus vidas pasan a depender completamente de la decisión del capitán. El cual, mediante intimidaciones y amenazas, siempre prioriza la captura de calamares por encima de la seguridad y el bienestar de la tripulación.


Este desequilibrio de poder entre el capitán y la tripulación provoca a menudo accidentes o enfermedades que no se tratan a tiempo y, en el peor de los casos, pueden provocar la muerte de un miembro de la tripulación. Exprimir la fuerza de los pescadores hasta que están al borde de la muerte parece ser algo común en altamar. Sólo en ese momento el capitán decide cambiar de rumbo y dirigirse a un puerto cercano, normalmente la costa de Perú. Pero ¿qué pasa si la flota no cumple con los requisitos portuarios para ingresar a los puertos peruanos?


En Perú, a partir de 2020, los buques pesqueros de calamar extranjeros deben instalar el Sistema de Monitoreo de Buques (VMS) de Perú para poder acceder a los servicios portuarios y de astilleros. Pero hasta el momento no han cumplido con este requisito. Para evitar depender de los puertos costeros, los propietarios de la flota de calamar comenzaron a experimentar trasladando todas las operaciones a altamar. Este experimento condujo a la transformación del barco de pesca ZHE PU YUAN 98 en un buque hospital flotante.


En julio de 2022, las cámaras del proyecto Outlaw Ocean confirmaron la existencia de un hospital flotante operando junto a la flota calamarera. El barco ZHE PU YUAN 98 había estado recibiendo a bordo a tripulantes heridos o enfermos de otros barcos para recibir tratamiento, y solo los casos más graves eran trasladados a Perú. Esto coincidió con un aumento significativo en el número de tripulantes que llegan a puertos peruanos en condiciones críticas de salud, un total de 37 heridos o enfermos y una persona fallecida en los últimos tres años.


ZHE PU YUAN 98: ¿Un barco pesquero o un hospital flotante?

Primer viaje: agosto de 2017 a julio de 2020 (1,055 días)

China tiene la flota de aguas distantes (DWF) más grande del mundo, con alrededor de 2,550 embarcaciones que capturan más de 2,3 millones de toneladas por año, en su mayoría calamares. El puerto de Zhoushan es el centro de todas las actividades pesqueras y el principal destino de los calamares capturados en el Pacífico Sudeste.

El puerto de Zhoushan, ubicado estratégicamente en el corazón del Mar de China Oriental, abrió las puertas para el primer viaje del buque chino ZHE PU YUAN 98 en agosto de 2017, marcando el inicio de sus operaciones pesqueras en altamar del Perú. El barco permaneció pescando calamares durante casi tres años con una tripulación de 25 personas. En su primer viaje, el buque sólo visitó una vez el puerto del Callao en Perú, regresando a China en julio de 2020.


Si bien las operaciones de transbordo y el reabastecimiento continuo de combustible permiten a los buques pesqueros operar durante períodos prolongados, ciertas tareas esenciales, como el mantenimiento del motor o del casco y el tratamiento de miembros de la tripulación gravemente heridos o enfermos, no pueden realizarse en aguas abiertas. Estas operaciones requieren la entrada obligatoria a un puerto.


Segundo viaje: marzo de 2021 a mayo de 2023 (779 días)

Después de completar su primer viaje y someterse a mantenimiento en el astillero de Zhoushan durante el resto de 2020, el ZHE PU YUAN 98 zarpó nuevamente hacia el Pacífico Sudeste el 13 de marzo de 2021. Según el comunicado del medio de comunicación de la provincia de Zhejiang, el buque pasó de ser un barco pesquero a un barco de apoyo pesquero integral.


El barco había sido modificado para brindar asistencia médica a los pescadores que faenan en el Pacífico Sur. Se instaló una pequeña sala de operaciones y se subió a bordo un médico para atender a los miembros de la tripulación enfermos o heridos. Este fue el primer anuncio público de que un hospital flotante se unirá al resto de la flota de calamar de aguas distantes de China.


No es difícil imaginar la situación a bordo del ZHE PU YUAN 98, los pescadores trabajando en cubierta capturando calamares mientras escuchan los gritos de dolor de sus compañeros que están siendo atendidos en cabina por diferentes enfermedades, lesiones o accidentes. Estos tripulantes fueron trasladados desde otros barcos, donde se les negó el derecho humano esencial a recibir tratamiento médico en tierra. 



Es imposible que un solo médico pueda atender a los casi 12,000 tripulantes que conforman la flota calamarera. Durante su segundo viaje, el barco tuvo que realizar 10 escalas de emergencia al puerto peruano del Callao, desembarcando a unos 13 pescadores en estado crítico. En algunos casos extremos, los tripulantes llegaron expulsando sangre de la boca, según consta en el documento de inspección portuaria.


¿Por qué la flota de calamar de aguas lejanas elige tener un hospital flotante en lugar de llevar a sus tripulantes heridos o enfermos a puerto peruano? La respuesta está en su voraz ambición de seguir pescando calamares a toda costa, lo que lamentablemente pone en riesgo la seguridad y el bienestar de la tripulación. 


Además, Perú introdujo recientemente una nueva regulación que exige que el VMS nacional esté operativo y transmita seis meses antes del ingreso a puerto. Esta norma no ha sido bien recibida por la flota calamarera, que prefiere esconderse en las sombras, y ahora detrás de este hospital flotante, enviando a sus enfermos a este barco y evitando así cumplir con la normativa portuaria del Perú.


No existe ningún precedente de un buque tipo hospital operando en el área de la convención de la OROP-P; peor aún, carece de un marco regulatorio que establezca su correcto funcionamiento en la pesquería del calamar. Un sistema no regulado puede permitir que los buques ilegales aprovechen la presencia de este hospital flotante para evadir las inspecciones portuarias. El ZHE PU YUAN 98 ha sido autorizado para operar como buque pesquero pero no como hospital flotante. 


Informe de Inspección Portuaria de la OROP-PS (Anexo 3) del buque calamarero chino ZHE PU YUAN 98, registrado por inspector peruano el 29 de octubre de 2022. Fuente: Ministerio de la Producción (PRODUCE)
"La presencia de este barco médico probablemente sea beneficiosa para los trabajadores, ya que el personal médico está cerca. Sin embargo, también puede permitir a la flota evitar llevar a los tripulantes para ahorrar costos, razones políticas y regulatorias. Además, permite a los barcos permanecer en el mar mucho más tiempo, lo que aumenta la probabilidad de sufrir problemas de salud física y mental", dijo Ian Urbina, editor ejecutivo de The Outlaw Ocean Project

Tercer viaje: julio de 2023 al presente (298 días)

El ZHE PU YUAN 98 incluso tenía capacidades de videoconferencia para que los pacientes pudieran consultar con médicos en China. Sin embargo, no fue el primer hospital flotante. En 2021, ZHE PU YUAN 98 reemplazó al PU YUAN 801 en el tratamiento de los tripulantes, según testimonios recogidos por Ian Urbina.  Ambos buques son propiedad de Zhoushan Putuo Ocean Fishery Co., Ltd, que tiene una flota de 25 buques de calamar.


El buque chino PU YUAN 801, también operó como hospital flotante en el Océano Pacífico Sudeste entre 2016 y 2020. Después de 2021, el barco dejó de operar en altamar del Perú y comenzó a operar solo en altamar de Japón. Fuente: Comisión de Pesca del Pacífico Norte (NPFC)

​​Según testimonios, el barco PU YUAN 801 brindó asistencia médica a cerca de 300 tripulantes durante sus operaciones en el Océano Pacífico Sudeste y escoltó a más de 20 tripulantes gravemente enfermos al puerto de Perú. Esto coincide con los 34 arribos registrados a puertos peruanos entre 2016 y 2020. El barco se encuentra actualmente operando en el área de convención de la Comisión de Pesca del Pacífico Norte (NPFC).


Esta evidencia confirma la existencia de un hospital flotante junto a la flota de calamar de aguas distantes, operando sin regulaciones ni protocolos adecuados desde el 2016. Los tripulantes con problemas de salud ahora son trasladados al ZHE PU YUAN 98 para recibir tratamiento, incluso si piden que los lleven a tierra o los devuelvan a casa.


Desde su tercer viaje el 18 de julio de 2023, el ZHE PU YUAN 98 ha hecho escala en el Callao tres veces para desembarcar a tripulantes enfermos o heridos. Sin embargo, no se tiene conocimiento de los nombres de los tripulantes, sus nacionalidades o el barco al que pertenecen. Esto se debe a que el formato de inspección portuaria de la OROP-PS no requiere la recopilación de dicha información, por lo que es imposible rastrearlos una vez que desembarcan.



En altamar, es común ver un encuentro entre un barco de refrigeración y un barco pesquero para transbordar la captura, pero no entre dos barcos pesqueros. Ahora sabemos que estos encuentros de un barco a otro tienen como objetivo transferir personas.


Los datos de seguimiento de ZHE PU YUAN 98 muestran cuatro encuentros con buques pesqueros de la flota PU YUAN que duraron menos de dos horas cada uno, que duraron menos de dos horas cada uno. En ocasiones, es difícil para dos barcos pesqueros permanecer estables durante un encuentro. Por lo tanto, se requiere de un sistema de poleas y cuerdas para facilitar el traslado de los pescadores de un barco a otro.


¿Quién está a cargo de garantizar que los tripulantes en altamar tengan condiciones laborales adecuadas?


Tripulante trasladado de barco a barco mediante un sistema artesanal de cuerdas y poleas. Crédito: Jiebriel83/The Outlaw Ocean Project

El Acuerdo de Nueva York (1995) estableció un marco para que los estados colaborarán a través de las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP). Además, junto con el Código de Conducta para la Pesca Responsable (FAO) y el Acuerdo sobre Medidas del Estado Rector del Puerto (PSMA), permitieron la implementación de una serie de medidas para combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) tanto en altamar como en los puertos costeros.


Sin embargo, durante mucho tiempo, las condiciones laborales en altamar fueron ignoradas debido a la falta de información. Pero ahora, cada año se viene mapeando la magnitud del impacto del trabajo forzoso en diferentes pesquerías de altamar, revelando dramáticos casos de abuso laboral que no se pueden ignorar.


Al parecer, la flota de calamar de aguas distantes ha estado empleando el trabajo forzoso desde el inicio de sus operaciones pesqueras en el Pacífico Sudeste. Los miembros de la tripulación llevan mucho tiempo desprotegidos debido a los grandes desafíos para regular las condiciones laborales y monitorear y controlar las aguas abiertas. Las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP) deben asumir la responsabilidad y liderar la implementación de regulaciones para garantizar condiciones de vida y de trabajo saludables y justas para los miembros de la tripulación.


En el caso de la pesquería del calamar, las medidas de la OROP-PS deben ir más allá de sólo "alentar" a los Estados miembros a implementar medidas para garantizar condiciones de vida y de trabajo dignas a bordo de sus buques. Del mismo modo, los Estados costeros que reciben buques pesqueros extranjeros, como el Perú, deben ampliar sus facultades en materia de inspección portuaria y  sanciones por trabajo forzoso.


En este sentido, desde Artisonal queremos compartir una serie de recomendaciones para su discusión dentro del nuevo grupo de trabajo sobre normas laborales establecido durante la última reunión de la OROP-PS:


  • Es importante determinar si un barco pesquero autorizado para capturar calamares también puede usarse como hospital flotante. Es fundamental abordar este vacío legal con un marco regulatorio adecuado.

  • Se recomienda considerar establecer un tiempo máximo de operación en el altamar para la flota de calamar de aguas distantes. Es inhumano que algunos buques operen durante casi tres años sin ingresar a puerto costero. 

  • Es necesario modificar el formato de inspección portuaria de la OROP-PS para incluir una sección para el registro de los tripulantes desembarcados en los puertos de los Estados miembros. Esta información será útil para garantizar la trazabilidad de los tripulantes, combatir el trabajo forzado y mejorar la transparencia en la pesquería del calamar.


En tanto, al Estado peruano se recomienda considerar la ratificación del "Convenio sobre el trabajo en la pesca" de la Organización Internacional del Trabajo (C188). Este paso fortalecería los poderes legales y punitivos del Estado contra los casos de trabajo forzoso en buques de calamar extranjeros que llegan a puertos peruanos.


"En la industria de la pesca del calamar, es esencial responsabilizar a quienes se benefician de la pesca ilegal y de los abusos contra los derechos humanos. Además, es necesario esclarecer las líneas de apoyo financiero y logístico que permiten a los buques pesqueros operar lejos de sus puertos de origen”, dijo Samuel McGovern, gerente de la cartera de pesca INDNR de C4ADS.

Artisonal viene monitoreando de cerca la flota de calamares de aguas distantes en el sureste del Océano Pacífico en los últimos años. Ahora, en colaboración con C4ADS, estamos trabajando para comprender mejor los diversos actores involucrados detrás del control de la flota, desde los agentes marítimos hasta los beneficiarios finales. Ahora está claro que la gestión sostenible del calamar no sólo debe centrarse en prevenir la pesca ilegal, sino también en garantizar que el calamar que llega a nuestras mesas no sea producto del trabajo forzoso.

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